Cómo tratar con padres divorciados al planear tu boda
Por fin lo has conseguido: has encontrado "al elegido". Estás deseando gritarlo a los cuatro vientos y organizar una boda increíble para celebrar vuestro amor. Pero entonces te acuerdas de que tus padres no pueden estar juntos en la misma habitación, y tu momento de alegría se disipa un poco.
Tanto si tus padres llevan divorciados 20 años como seis meses, puede ser difícil planear una boda con ellos en la que todo salga a pedir de boca. Sin embargo, con un poco de planificación cuidadosa y un mensaje firme de que no habrá dramas, las cosas deberían ir según lo previsto y no sentirás que necesitas fugarte para huir de las discusiones. He aquí algunos consejos sobre cómo tratar con padres divorciados al planificar tu propia boda.
Sé firme desde el principio
Para evitar discusiones embarazosas o escenas de borrachera en tu boda, asegúrate de ser firme con tus padres desde el principio del proceso de planificación. Hágales saber que esta es su boda y que todo el mundo será civilizado-o de lo contrario. Si les dejas claro desde el principio que ese día se trata de ti y de tu prometida -y no de discusiones de hace años o incluso décadas-, con suerte aplastarás cualquier posible altercado.
Además de hablar con tus padres, asegúrate de hablar con otros familiares que puedan ofrecerte apoyo, como abuelos, tíos o amigos íntimos de la familia. Sin embargo, ten cuidado de no buscar la ayuda de aquellos familiares que puedan albergar resentimiento hacia su ex nuera o ex yerno, ya que eso sólo puede echar más leña al fuego.
Organizar las finanzas
Tradicionalmente, los padres de la novia pagan la boda, pero esto ya no es necesariamente la tendencia. Las parejas suelen financiar la boda por sí mismas, pero también es posible que pidan ayuda a la familia, ya que estos acontecimientos pueden resultar caros. Si tus padres van a ayudarte con las finanzas de la boda, debes tener claro quién paga qué.
Tratar con finanzas y padres divorciados puede producir mucha tensión rápidamente, así que habla con ellos por separado sobre lo que cada uno se sentiría cómodo pagando. Si uno de los progenitores hace un comentario sarcástico sobre lo que paga o deja de pagar el otro, asegúrate de tratar el tema directamente; no lo dejes pasar. Hazle saber que no tolerarás ese comportamiento, para que, con suerte, deje de continuar.
Invita a quien quieras
Independientemente de cómo haya terminado el matrimonio o de cuánto tiempo haga que terminó, puede que a uno de los progenitores le duela ver al otro en una relación o matrimonio feliz diferente. Aunque todo haya salido mal y estén mejor el uno sin el otro, siempre se han imaginado este día para vosotros como una unidad familiar, dando juntos la bienvenida a un nuevo miembro de la familia. Cuando se incluye a otra persona en esta imagen, pueden surgir fricciones.
Las bodas están llenas de emociones fuertes, algunas apropiadas (como la alegría) y otras inapropiadas (como los celos). Si tu padre se ha vuelto a casar o lleva años emparejado con alguien y esta persona es una parte importante de tu vida, no debes sentir que tienes que disculparte por haberle invitado. Es tu día y puedes invitar a quien quieras. Sin embargo, si uno de tus padres, o ambos, acaban de empezar a salir con alguien, quizá sea mejor pedirles amablemente que dejen sus citas, sobre todo si el otro progenitor sigue soltero.
Todo lo que puedas hacer para reducir la tensión entre tus padres es bueno. No hay movimientos correctos o incorrectos; se trata de lo que os haga sentir más cómodos a ti y a tu futuro cónyuge.
Siéntalos adecuadamente
Si tus padres son capaces de llevarse bien y sentarse en la misma mesa sin demasiado drama, entonces siéntete cómodo sentándolos juntos tanto en la ceremonia como en la recepción. Sin embargo, si temes que 20 años de resentimiento se crucen en la mesa durante el primer baile, quizá sea mejor sentarlos por separado.
La tradición dicta que si los padres están divorciados, la madre debe sentarse en la primera fila de la ceremonia y el padre en la segunda. Si te parece que esto se ajusta a tus necesidades, hazlo. Pon asientos entre ellos para los abuelos o tíos especiales si eso se adapta mejor a tu situación. Cualquier cosa que puedas hacer para mantener el foco en la celebración es lo mejor.
Limita los brindis
La tradición dice que el padre de la novia debe hacer un brindis en la boda para dar las gracias a todos los asistentes o para compartir algunos pensamientos sobre la encantadora nueva pareja. Sin embargo, lo mejor es que el brindis lo hagan los dos padres o ninguno de los dos. No querrás que te acusen de favorecer a uno de los padres y no al otro, y tampoco querrás arriesgarte a que digan algo vergonzoso o sarcástico, que puede acabar con el buen humor. Tú eres quien mejor conoce a tu familia, así que debes confiar en tu criterio por encima del de los demás en este aspecto de la boda.
Confía en tu fotógrafo y videógrafo
Las fotos de familia son una parte importante de la ceremonia y el banquete de boda. Quieres capturar todos los momentos especiales, y muchos de ellos incluyen a miembros de la familia. Cuando tengas que lidiar con padres divorciados en tu boda, debes dar pistas al fotógrafo o al videógrafo, que pueden asumir automáticamente que quieres una foto con toda la familia junta.
Traza un plan de fotos apropiadas y recaba la opinión de tus padres, si es necesario. Sé lo más detallista posible con el fotógrafo sobre cómo deben ser las fotos de familia y no tendrás problemas.
Céntrate en lo bueno
Aunque el divorcio de tus padres no sea una situación ideal, céntrate en lo bueno durante la celebración. Esta boda es una celebración de amor -un amor que quieres compartir con todo el mundo- y te sorprenderá ver cómo la gente estará dispuesta a dejar de lado sus diferencias sólo por estar cerca de eso. La historia de tu familia es sólo eso: historia. Concéntrate en lo que tu unión significa para el futuro de tu familia. Aunque puede que no sea lo que nadie pensó que sería, también puede que sea mejor.