No estoy seguro de que me gusten mis suegros, ¿y ahora qué?
Has conocido a sus padres y puede que incluso hayas pasado bastante tiempo con ellos. Como te gusta tanto tu posible nueva familia, puede ser frustrante darte cuenta de que hay algo en su personalidad que te molesta. La logística del proceso de planificación de la boda, la vida como recién casado y las ocasiones familiares que se presenten son muchas cosas a tener en cuenta. Puede resultar abrumador imaginar que alguien de tu nueva familia te cae mal. Usted quiere que la relación con su cónyuge dure para siempre y su familia es importante para él. Entonces, ¿qué hacer ahora?
Aislar los problemas
Cuando la interacción con su familia política se vuelve tensa o incluso hostil, puede resultar tentador asumir que las cosas nunca mejorarán. Sin embargo, suele haber una causa de fondo, aunque te sientas bastante dolido y no quieras pensar en ello. Una de las mejores cosas que puedes hacer, una vez que no estés interactuando con tus suegros, es encontrar una manera de apartar tu mente de la interacción y desahogarte un poco. Charla con un amigo que no conozca a tus suegros, vete al gimnasio a correr un rato, haz una ronda con el saco de boxeo o ve tu programa de humor favorito.
Intenta pensar de la forma más objetiva posible. ¿Cuáles son los problemas de tus suegros y cuáles los tuyos? Pueden tener toda la culpa y aun así tener una razón particular para comportarse así. ¿Tienen miedo de que su hijo se aleje de ellos? ¿Tienen expectativas creadas sobre cómo debe ser un cónyuge "adecuado"? Averiguar cuál es el problema puede ayudarle a encontrar formas de evitar los temas delicados o de interactuar con ellos de otra manera cuando estén de mejor humor.
Averigüe qué funciona bien
Otro enfoque proactivo consiste en seguir probando nuevas actividades con ellos. Si después de una comida festiva se quedan todos sentados y eso da lugar a discusiones, sugiera una tarde de minigolf, lleve un rompecabezas para trabajar o busque entradas a mitad de precio para una nueva película a través de un sitio web de descuentos. Si tienen sus propias ideas sobre lo que sería divertido, acepta su plan para quedar bien con ellos. Sin embargo, muchas veces la gente acaba esperando a que otra persona sugiera una actividad, así que si llevas contigo una variedad de ideas, puede que descubras qué actividades suscitarán una respuesta positiva por parte de tus suegros, sin dejar de ser divertidas para ti también.
Acumule experiencias positivas
Las actividades exitosas pueden convertirse en tradiciones navideñas, y ésa puede ser una de las mejores maneras de cimentar una relación más positiva con tus suegros. Hay formas de fomentar estos recuerdos positivos en la mente de tus suegros. Los regalos de Navidad con fotos de los momentos que pasasteis juntos, o incluso compartir un recuerdo en Facebook, les recuerdan que pasasteis buenos momentos juntos. No exageres este tipo de intentos, pero de vez en cuando fomenta una relación positiva.
Acepta lo que no puedes cambiar
Es muy posible que algunas de tus interacciones con la familia política se suavicen con el tiempo, y puede que descubras que simplemente estaban nerviosos en sus primeros encuentros contigo. Sin embargo, seguro que hay peculiaridades que ni te gustan ni puedes cambiar. Lo cierto es que todas las personas tenemos peculiaridades y, de algún modo, nos las arreglamos para llevarnos bien. Si estos problemas de personalidad siguen haciéndote sentir dolido y enfadado, quizá sea conveniente que escribas cómo te sientes y hables con tu cónyuge para poder resolver qué se puede hacer al respecto.
Puede haber un punto en el que deba abordarse un comportamiento. Por ejemplo, pedir a un pariente político que deje de hacer comentarios despectivos sobre tu aspecto. Pero, por desgracia, la personalidad de una persona es algo que puedes o no cambiar. Dicho esto, si un pariente político es desagradable a largo plazo, no hay nada malo en buscar educadamente la manera de evitarlo. En las grandes reuniones familiares, está perfectamente bien gravitar hacia otras personas y optar por visitarlas con menos frecuencia cuando alguien se comporta de forma desagradable.
Es un acto de equilibrio
En general, los padres de tu cónyuge son increíblemente importantes para ellos, y llevarse bien con los suegros que no te gustan es un acto de equilibrio. Conceda a su cónyuge el tiempo que necesita con su familia, pero dése a sí mismo el espacio que necesita para no sentirse molesto, enfadado o frustrado. Elige un término medio y toma medidas proactivas para intentar apaciguar los problemas. Habrás hecho todo lo posible y, con un poco de suerte, con el tiempo llegarás a tener una relación más positiva con esos suegros.